Siento ganas de escribir crónicas, de estar al sol entre carreras y adrenalina.
Como ya olvidé la sensación de estrés universitario, aprendí a estresarme por otras cosas (por sentirme sola, por estar olvidando las cosas, por tener el tanque de la autoestima prendiendo la luz).
Quiero estar donde estaba hace un año. Y no en este donde pasan días y días en los que uno abre los ojos y arruga la cara. Yo no me quiero oxidar.