.comment-link {margin-left:.6em;}
14.3.08
posted by Pam at 3/14/2008 08:08:00 a. m.
Las Aventuras de las Ideas Forzadas


EL DOMADOR Y LA PULGA CON ALMA DE ARTISTA.



Esta es la historia de un domador de pulgas, que era el único en el pueblo que lograba que los pequeños insectos hicieran magia frente a quien fuera.
Todo comenzó-dijo él cuando conocí a una pulga con alma de artista. Vivía en el gato de la curandera del pueblo, a la que yo ocasionalmente ayudaba a petición de la buena alma de mi mama.
Le acariciaba la panza al gato, dormitando, sentado en la mecedora del corredor después de almorzar, cuando escuché:
¿Que pereza verdad?, en momentos así uno deseara tener alas…
Yo juraba que había sido el gato que me había hablado con una voz pequeñita, pequeñita…porque Doña Digna había salido a traer plantas para los remedios.
Me hice el loco pero la vocecilla se repitió: (se aclara la garganta) que pereza, ¿a usted no le gustaría tener alas? Mientras escuchaba lo que me decía traté de localizar de donde provenía el sonidillo y resulta que en la pura frente del gato estaba la pulguita.
¡Hasta que al fin! Esta bien que soy pequeña pero no es para tanto…y así empezó a contarme todas sus andanzas, como había nacido con alma de artista y ningún otro insecto le había querido creer.
Le advertí que si no me picaba, me podía acompañar y encontraríamos alguna salida a su frustración.
Después cuando llegó Doña Digna, le voy contando todo emocionado a quién me había encontrado en el gato, para que le dije nada, después tuve que escucharla quejarse media hora de los inquilinos indeseables y tomarme un remedio de agua dulce con sal y hojas de albahaca… para las alucinaciones según ella.
Camino a casa, el nuevo domador de pulgas observó que en la entrada del pueblo preparaban un terreno para montar un circo, de esos ambulantes que huelen feo y dan más pena que risa. Ahí estaba la respuesta.
Llegó a su casa y sacó a la pulga que había envuelto en una hoja de almendro para que no se le estripara en el bolsillo y le comentó la idea.
La pulga con alma de artista le respondió:
¿Con que un circo ah? – y sin decir más palabra empezó a hacer piruetas y dar saltos por toda la almohada.


       

Pero un momento, dijo el domador, ¿cómo será un espectáculo exitoso con una sola pulga?
Pues conmigo debería bastar y sobrar pero si usted quiere más pulgas vamos a buscar a mis primas en lo perros callejeros.
A los días estaban una docena de pulguitas ensayando ejercicios con trampolines hechos de paletas, malabares improvisados y pequeños zapatitos de colores, para que no se perdieran de vista.


El domador estaba seguro que su acto encantaría a las multitudes, pero decidió probarlo primero con la incrédula de Doña Digna.
Se fueron temprano para aprovechar y desayunar antes, nadie podía negar que dicha curandera cocinaba delicioso. Cuando ya el domador estuvo satisfecho se frotó las manos mientras le contaba a la señora lo que iba a presenciar:
Doña Digna en un tono muy serio le dijo:
Muchacho de Dios, esas pobres criaturitas van a quedar cansadísimas, voy por mis lentes y a llamar al gato para que las pulgas tengan donde recuperarse.
Regresó a los minutos con unos lentes que parecían binoculares y se sentó a observar maravillada.
Pues sí, dijo la señora sonriente, has creado un circo de pulgas…voy a darte un poco de aceite de aguacate para que se mantengan sanitas.
Y fue cuestión de tiempo para que el domador encontrara el patrocinio adecuado para poner su propio circo en marcha, todo gracias a una pulga con alma de artista que lo despertó un día después de almorzar.

FIN


* Escribí un cuento que se convirtió en guión, de ahí pasó a ser práctica y luego grabación de audio. Y se agotó entonces para que no se diera por vencido decidí 
convertirlo en una entrada de blog.





Etiquetas: , ,