Para quiénes leímos Ensayo sobre la Lucidez de José Saramago, un pequeño comjunto de ideas concernientes a lucidez del pensamiento-conocimiento, y la deconstuccion del discurso de poder y democracia
Esta acción es tomada como un tipo de subversión, e insulto al sistema político. Entonces inmediatamente se empiezan a buscar explicaciones, y al no encontrar justificaciones “lógicas” suficientes que determinasen el por qué del hecho, se toman medidas extremas como el establecimiento de Estado de Sitio, e injusticias en contra de personas inocentes.
“El primer ministro reconoció que la gravedad de la situación era
extrema, que la patria había sido victima de un infame atentado contra los
cimientos básicos de la democracia representativa… ”
(Saramago, 2005: 55)
Lo curioso es todas estas medidas extremas que llegan hasta a cobrar vidas (en un atentado premeditado con una bomba, supuestamente planeado por la insurrección blanquera) primeramente porque nunca hubo ni crimen, ni infracción porque el votar en blanco es como bien se explica en el libro, un derecho irrenunciable.
“… se mostraron impotentes (los políticos) para llegar a lo fundamental, es
decir persuadir a los habitantes de la ciudad, o, con más precisión denominadora
a los degenerados, a los delincuentes, a los subversivos del voto en blanco,
para que reconocieran sus errores e implorasen la merced, al mismo tiempo
penitencia, de un nuevo acto electoral, al que, en el momento adecuado,
acudirían en masa para purgar los pecados de un desvarío que juraban que no
volvería a repetirse.”
(Saramago, 2005: 83)
Es aquí y en muchas otros detalles de la narración de Saramago, que se puede apreciar una deconstrucción en el irrespeto a un derecho, y todas las complicaciones que implicaron los votos en blanco; que dieron paso a una supuesta ceguera que al final se pagó con sangre.
Hablando del uso de la retórica en los discursos políticos, en la obra de Saramago se puede observar claramente, como con la palabra buscan enfatizar ideas y sentimientos para crear una reacción en el pueblo votante.
es que no son ellos quienes irrumpan bestialmente del inevitable caos en que
acabaréis cayendo, y os impongan su ley… ”
(Saramago, 2005: 137)
Cualquier parecido con la realidad, juzgue usted...
