Una característica del postmodernismo es la deconstrucción del discurso, del texto cualquier discurso, mediático, periodístico, político, religioso, filosófico, las denominadas “versiones oficiales”o verdades aprendidas desde la socialización primaria (en la niñez).
Aquí se debe contemplar la influencia de factores externos en la socialización (quienes crean mi “yo”), como la familia, los maestros, los amigos, los mass media, la época (postmoderna), y el contexto histórico-social.
Si las aprendimos, esas verdades, pero con el pasar del tiempo también aprendimos a cuestionar su validez.
Esta deconstrucción parte de una base del postmodernismo que consiste en criticar la razón, descubriendo sus debilidades, complicidades y una aparente falta de lógica.
Para empezar hay que conceptualizar lo referente a la deconstrucción propiamente. Por eso acudo a lo escrito por Derrida, quien fue el impulsor más significante de esta teoría deconstructiva.
Este pensador caracteriza al resquebrajamiento del discurso como una lectura subversiva de textos autoritarios o de cualquier otro tipo.
La deconstrucción inicia identificando en la estructura un “opuesto binario” en donde una de las partes tiene el privilegiado poder y la otra es reprimida.
Una vez vistas las dos partes de la relación de poder, se toma la dirección contraria de lo que quiere transmitir el texto, lo opuesto a lo que significa y a lo que pretende.
Para empezar hay que conceptualizar lo referente a la deconstrucción propiamente. Por eso acudo a lo escrito por Derrida, quien fue el impulsor más significante de esta teoría deconstructiva.
Este pensador caracteriza al resquebrajamiento del discurso como una lectura subversiva de textos autoritarios o de cualquier otro tipo.
La deconstrucción inicia identificando en la estructura un “opuesto binario” en donde una de las partes tiene el privilegiado poder y la otra es reprimida.
Una vez vistas las dos partes de la relación de poder, se toma la dirección contraria de lo que quiere transmitir el texto, lo opuesto a lo que significa y a lo que pretende.
Resultado de esto es la pérdida de veracidad del discurso, incredibilidad, indecidibilidad o la percepción fragmentada de la “verdad”, que solo puede llevar a una confusión mayor.“Entonces se deshace o revierte la jerarquía en forma
temporaria de manera que el texto pase a significar lo contrario de lo que
parecía significar originalmente.”
(Powell y Howell, 2004: 30)
“Otros piensan que la deconstrucción es como un par sito, ya que depende de las
lecturas de otros textos. Algunos críticos la denominan “nihilismo lingüístico”,
en tanto no cree en nada.”
(Powell y Howell, 2004: 158)
Los discursos deconstruidos más populares, se caracterizan por ser autoritarios y dogmáticos con la retórica muy presente en el contacto con la contraparte. Según Derridá:
“Si la deconstrucción alguna vez murió, ha renacido. Otras disciplinas
incorporaron, injertaron o aplicaron gran parte de su lenguaje, sus
conceptos, intelecciones y técnicas. Así, la encontramos de la mano del
feminismo, el psicoanálisis, el marxismo, la filosofía…Hay una deconstrucción poscolonial, política, retórica, legal, etc.”
(Powell y Howell, 2004:171)
Y esto es básicamente la deconstrucción de los discursos, que sucede en la sociedad postmoderna.
